Un año más, como cada 15 de Febrero, los feligreses pueden visitar en el templo del convento de Santa Catalina de Siena en San Cristóbal de La Laguna, el cuerpo incorrupto de Sor María de Jesús León y Delgado.
María de León Bello y Delgado
nació en 1643 en el pueblo de El Sauzal (Tenerife), en el seno de una
familia humilde. Tras diversas vicisitudes personales, ingresó como
hermana lega en el Convento de Dominicas de Santa Catalina de Siena,
situado en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna. Toma el nombre
de Sor María Jesús cuando recibe los hábitos. Religiosa de vida virtuosa
y mística, el fallecimiento de Sor María Jesús supuso una conmoción
popular; a la vez que, desde el mismo día de su muerte, era aclamada
santa y a ser llamada cariñosamente “La Siervita”. Actualmente, se está
tramitando el expediente para la causa de canonización; el primer paso
del proceso para su beatificación -el de postulación- comenzó el 6 de
Mayo de 1992, siendo el postulador de la causa el Padre José Mateos y
García Paredes, O.P. El cuerpo incorrupto de la monja tinerfeña se
conserva en el propio Convento y ha sido tomado como presunto signo de
santidad, atribuyéndosele hechos milagrosos. Sus restos mortales se
muestran cada 15 de febrero para conmemorar el aniversario de su muerte.
Ese día, con gran repercusión mediática, las calles adyacentes al
Convento -principalmente La Carrera y Plaza del Adelantado- asisten a
una muestra de fervor religioso que cada vez va adquiriendo mayor
arraigo en la isla; recibiendo la visita de miles de ciudadanos que
acuden a rendir un sentido homenaje a la Siervita, que vestida con los
hábitos dominicos parece tan sólo dormir. El sarcófago de cristal en la
que se encuentra la religiosa sólo puede ser visto tras unas rejas, y es
costumbre que los fieles recen y escriban sus peticiones o
agradecimientos a la Siervita. Su incorruptibilidad se descubrió, al
parecer, cuando su cuerpo fue exhumado para ser trasladado a otro
sarcófago a petición de su amigo el capitán Amaro Pargo, con el que tuvo
una relación de carácter estrictamente espiritual, que hizo esculpir en
la urna los siguientes versos:
A quí yace flor preclara,
M aría de Jesús pura,
A quién fue esplendor de clara,
R ara en virtud y hermosura,
O en todas las virtudes es rara.
M aría de Jesús pura,
A quién fue esplendor de clara,
R ara en virtud y hermosura,
O en todas las virtudes es rara.
P arece a quien el humano afán
A mirar con luz divina
R ara ave peregrina
G irando al Cielo Guzmán
O al trono de Catalina.
A mirar con luz divina
R ara ave peregrina
G irando al Cielo Guzmán
O al trono de Catalina.
Sor María Jesús llevó una vida de oración
y penitencia rigurosa, experimentando éxtasis místicos y
desarrollándose a su alrededor toda una serie de hechos prodigiosos
(éxtasis, visiones celestiales, discernimiento de espíritu, incendios de
amor…).
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