Llega Septiembre. Y con él las fiestas patronales del municipio en honor al Arcángel San Miguel.
Este año conmemorando el 225 Aniversario de la Fundación de la Parroquia Matriz del Arcángel, que se segregó de la de Vilaflor un 19 de Marzo de 1796.
Y por ello, la Parroquia de San Miguel, presenta el cartel de sus fiestas patronales. En él se plasma la silueta del Arcángel Miguel, cuya talla se venera en estas Bandas del Sur de la Isla desde mitad del siglo XVII y que da nombre al lugar (más tarde municipio). Detrás se encuentra un sol radiante, asociado siempre a Dios, quien es Luz del mundo, y que refleja el significado que tiene el nombre de Miguel, en hebreo Mi-ka-El, “Quién como Dios”.
En el cartel se ha pretendido ilustrar los detalles significativos del escudo municipal, sobre un fondo azul, que en el escudo del municipio se asocia al mar, recordando así el patronazgo del Arcángel, desde la cumbre hasta el mar. También el azul es asociado a la Divinidad, pues nuestro patrón es príncipe de los ejércitos celestiales además de arcángel. También aparecen otros elementos, tales como la uva y las espigas, que tal y como se reflejan en el Blasón municipal aluden al carácter agrícola del municipio, en el que la vid y con anterioridad la siembra de cereal, se convirtieron en principales motores económicos. Más tarde, impulsaría la economía del municipio la recolección y venta de la cochinilla de los nopales o pencas.
Junto a todo ello aparece un gánigo de barro, que nos recuerda la importancia que tuvo y que sigue teniendo para que no se pierda, la alfarería.
Aparece una fotografía antigua del templo del Arcángel, que fue empezado a construir años más tarde de convertirse en parroquia y gracias al impulso del párroco don Francisco Guzmán y Cáceres, al vecino y capitán de milicias don Miguel Alfonso Martínez y a la ayuda de todo el pueblo, desde el más rico al más pobre.
Ya en el siglo pasado, se edificó una nueva torre, más alta, en la que colocar un reloj. Para ello incluso se pidió ayuda económica de emigrantes sanmigueleros que se encontraban en América.
Otro elemento que no pasa desapercibido y que se ha convertido en un elemento tradicional, es la flor de strelitzia, símbolo de gratitud por los favores recibidos mediante la intercesión del Arcángel, que no puede faltar cada 29 de septiembre, y que se sigue transmitiendo de generación en generación.
Que San Miguel Arcángel, nuestro protector y a quien han acudido nuestros ancestros en las dificultades, interceda por su pueblo ante esta pandemia que nos ha tocado vivir.
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