26 de abril de 2015

Fiestas El Fronton 2015

      Este fin de semana el barrio de El Frontón, en San Miguel de Abona, celebraba sus fiestas mayores en honor a Nuestra Señora del Puerto o la Virgen del Puerto. El Viernes 24 de Abril a las 19'00 h. tuvo lugar la celebración de la Eucaristía en honor a la Virgen del Puerto (El Frontón). A continuación, se desarrolló la procesión de la imagen por el recorrido de costumbre. El Domingo 26 de Abril
a las 13:00 h. celebración de la Palabra y a continuación, de nuevo, procesión de la imagen por el recorrido de costumbre.

23 de abril de 2015

Excursión Convivencia Arciprestal de Pascua - 1 de Mayo

Haz click en la imagen

Inscribirse antes del martes 28 de Abril en el Despacho Parroquial de San Miguel de Abona
Calle Fray Albino 6, 38620 San Miguel de Abona - Casa Parroquial

Ofrenda al Hermano Pedro - Abril 2015



 

      El pasado Jueves 16 de Abril, en las fiestas en honor al Santo Hermano Pedro, las Parroquias de San Miguel Arcángel realizaron la Novena-Ofrenda al primer santo canario, en el Espacio-Religioso Cueva del Santo Hermano Pedro (El Médano).
      El sábado 18 de Abril, partían los peregrinos desde Vilaflor de Chasna, tras la Celebración de la Eucaristía de los peregrinos a las 06:30 h. de la mañana, hasta la Cueva del Santo Hermano Pedro, en el conocido como el Camino del Hermano Pedro.

Y en el transcurso del Camino del Hermano Pedro, la Parroquia de San Miguel Arcángel (San Miguel de Abona) ofertaba a todo el que quería "el último empujón del camino": un vasito de vino, un pincho de carne, un plátano o un huevo guisado eran algunos de los aperetivos que se ofrecían a los peregrinos. Todo ello por una causa: recaudar fondos para la restauración urgente de la torre-campanario del templo de San Miguel Arcángel (San Miguel de Abona).

      Muchísimas gracias a todos los peregrinos que hicieron un alto del camino y derrocharon su generosidad por mantener el patrimonio sanmiguelero. Aprovechamos para agredecer a los propietarios de la finca y a su familia por su inmensa generosidad, a Fuente Alta, a la Panadería Tamaide, a la Carnicería El Pino, a la Cooperativa de San Miguel y a todas las personas que hicieron posible que se pudiese llevar a cabo.

15 de abril de 2015

Camino del Hermano Pedro - Sábado 18 de Abril

     En el Espacio-Religioso Cueva del Santo Hermano Pedro (El Médano) termina el llamado "Camino del Hermano Pedro", que es una ruta pastoril que el Santo recorría para trasladarse con su rebaño a lo largo de la comarca de Chasna. Esta ruta parte desde Vilaflor hasta la cueva del Santo. Al acercarse la festividad del Santo Hermano Pedro, cientos de peregrinos recorren esta ruta que tiene un gran interés religioso-histórico.
      El recorrido parte desde el Santuario del Santo Hermano Pedro en Vilaflor (lugar donde nació el Santo) hasta llegar a esta cueva.

     A las 06:30 h. de la mañana tendrá lugar en la Parroquia de San Pedro Apóstol, Vilaflor, la misa de peregrinos. A continuación, inicio de la peregrinación hasta la Cueva. También se puede realizar la ruta desde Granadilla casco (9.30 h.), Charco del Pino (9.30 h.), San Isidro (10.30 h.) y El Médano (11.30 h.). También este año se suma una salida desde San Miguel hasta Charco del Pino a las 7.45 horas.

Ofrenda al Hermano Pedro 2015 - San Miguel de Abona

    El próximo 25 de Abril es el día del Santo Hermano Pedro, primer santo canario. Pero su festividad se pasa al 24 de Abril, ya que el 25 es día del evangelista San Marcos.
    Y por ello, como viene siendo habitual, las parroquias del Arciprestazgo de Granadilla realizan la novena y ofrenda al Santo Hermano Pedro.
    El próximo Jueves 16 de Abril, a las 19:00 h. Novena al Santo Hermano Pedro. A las 19:30 h. Celebración de la Eucaristía en el Espacio-Religioso Cueva del Santo Hermano Pedro (El Médano).

     Pedro de San José de Betancur nació el 21 de Marzo de 1626 en Vilaflor (Tenerife). Murió el 25 de Abril de 1667 en Antigua (Guatemala). Fue un religioso terciario franciscano y misionero español, fundador de la Orden de los Betlemitas. Es el primer santo nativo de las Islas Canarias. También se lo considera como el primer santo de Guatemala y Centroamérica. Debido a su labor misionera y pastoral es conocido como el evangelizador de Guatemala. 

13 de abril de 2015

Jubileo Extraordinario de la Misericordia 2015-2016

      La tarde del sábado 11 de abril, víspera del II Domingo de Pascua y fiesta de la Divina Misericordia, el Santo Padre Francisco ha convocado oficialmente el Jubileo Extraordinario de la Misericordia con la publicación de la Bula Misericordiae vultus. Al ingreso de la Basílica de San Pedro, el Obispo de Roma ha entregado la Bula a los cuatro cardenales arciprestes de las basílicas papales de Roma: los cardenales Angelo Comastri, Agostino Vallini, James Michael Harvey y Santos Abril y Castelló.


Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, « rico de misericordia » (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como « Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad » (Ex 34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la « plenitud del tiempo » (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona1 revela la misericordia de Dios.
Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado.
Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes.
El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de nuestra historia...
El domingo siguiente, III de Adviento, se abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán. Sucesivamente se abrirá la Puerta Santa en las otras Basílicas Papales. Para el mismo domingo establezco que en cada Iglesia particular, en la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o en la Concatedral o en una iglesia de significado especial se abra por todo el Año Santo una idéntica Puerta de la Misericordia. A juicio del Ordinario, ella podrá ser abierta también en los Santuarios, meta de tantos peregrinos que en estos lugares santos con frecuencia son tocados en el corazón por la gracia y encuentran el camino de la conversión. Cada Iglesia particular, entonces, estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual. El Jubileo, por tanto, será celebrado en Roma así como en las Iglesias particulares como signo visible de la comunión de toda la Iglesia.
He escogido la fecha del 8 de diciembre por su gran significado en la historia reciente de la Iglesia. En efecto, abriré la Puerta Santa en el quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II. La Iglesia siente la necesidad de mantener vivo este evento. Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un modo más comprensible. Derrumbadas las murallas que por mucho tiempo habían recluido la Iglesia en una ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el Evangelio de un modo nuevo. Una nueva etapa en la evangelización de siempre. Un nuevo compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y convicción la propia fe.
El Año jubilar se concluirá en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos ante todo sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la Santísima Trinidad por habernos concedido un tiempo extraordinario de gracia.
Encomendaremos la vida de la Iglesia, la humanidad entera y el inmenso cosmos a la Señoría de Cristo, esperando que difunda su misericordia como el rocío de la mañana para una fecunda historia, todavía por construir con el compromiso de todos en el próximo futuro.
Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud.
Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión.
La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo. La Iglesia « vive un deseo inagotable de brindar misericordia ». Tal vez por mucho tiempo nos hemos olvidado de indicar y de andar por la vía de la misericordia. Por una parte, la tentación de pretender siempre y solamente justicia ha hecho olvidar que ella es el primer paso, necesario e indispensable; la Iglesia no obstante necesita ir más lejos para alcanzar una meta más alta y más significativa.
La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el perdón y al don de sí, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto, donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia.
En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención.
Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.
La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia no deje a ninguno indiferente. Mi invitación a la conversión se dirige con mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida. Pienso en modo particular a los hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por vuestro bien, os pido cambiar de vida. Os lo pido en el nombre del Hijo de Dios que si bien combate el pecado nunca rechaza a ningún pecador.
La misma llamada llegue también a todas las personas promotoras o cómplices de corrupción. Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social. La corrupción impide mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que se anida en gestos cotidianos para expandirse luego en escándalos públicos.
¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Delante a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las personas depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los afectos y de la dignidad. Seguir como estáis es sólo fuente de arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien distinto de lo que ahora pensáis. El Papa os tiende la mano. Está dispuesto a escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia.
La misericordia posee un valor que sobrepasa los confines de la Iglesia. Ella nos relaciona con el judaísmo y el Islam, que la consideran uno de los atributos más calificativos de Dios.
Este Año Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con estas religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas; nos haga más abiertos al diálogo para conocerlas y comprendernos mejor; elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y aleje cualquier forma de violencia y de discriminación.
El pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia. La dulzura de su mirada nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios. Ninguno como María ha conocido la profundidad el misterio de Dios hecho hombre. Todo en su vida fue plasmado por la presencia de la misericordia hecha carne.
Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina, para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús.
Un Año Santo extraordinario, entonces, para vivir en la vida de cada día la misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida. La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con convicción hace de la misericordia su anuncio. Ella sabe que la primera tarea, sobre todo en un momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones, es la de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo. La Iglesia está llamada a ser el primer testigo veraz de la misericordia, profesándola y viviéndola como el centro de la Revelación de Jesucristo. Desde el corazón de la Trinidad, desde la intimidad más profunda del misterio de Dios, brota y corre sin parar el gran río de la misericordia. Esta fuente nunca podrá agotarse, sin importar cuántos sean los que a ella se acerquen. Cada vez que alguien tendrá necesidad podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin. Es tan insondable es la profundidad del misterio que encierra, tan inagotable la riqueza que de ella proviene.
En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. La Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso: « Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos » (Sal 25,6).

II Domingo de Pascua - Domingo de la Misercordia


     La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: Dios es Misericordioso y nos ama a todos ... "y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia" (Diario, 723). En este mensaje, que Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de Santa Faustina, se nos pide que tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos siempre misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones... "porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil" (Diario, 742).

      La esencia de la devoción se sintetiza en cinco puntos fundamentales:

1. Debemos confiar en la Misericordia del Señor.

Jesús, por medio de Sor Faustina nos dice: "Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con mi paz divina".

2. La confianza es la esencia, el alma de esta devoción y a la vez la condición para recibir gracias.

"Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. El alma que confía en mi misericordia es la más feliz, porque yo mismo tengo cuidado de ella. Ningún alma que ha invocado mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en mi bondad".

3. La misericordia define nuestra actitud ante cada persona.


"Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar misericordia siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formar de ejercer misericordia: la primera es la acción; la segunda, la palabra; y la tercera, la oración. En estas tres formas se encierra la plenitud de la misericordia y es un testimonio indefectible del amor hacia mí. De este modo el alma alaba y adora mi misericordia".

4. La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias.

"Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía mi juicio".

5. El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia
al día.


"Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo. Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas".

       La Santa Sede decreta día de la Divina Misericordia:
      La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000 un decreto en el que se establece, por indicación de Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia, que tendrá lugar el segundo domingo de Pascua. La denominación oficial de este día litúrgico será «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia».

     Ya el Papa lo había anunciado durante la canonización de Sor Faustina Kowalska, el 30 de abril: «En todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros».

      Sin embargo, el Papa no había escrito estas palabras, de modo que no aparecieron en la transcripción oficial de sus discursos de esa canonización.

       Santa Faustina, que es conocida como la mensajera de la Divina Misericordia, recibió revelaciones místicas en las que Jesús le mostró su corazón, fuente de misericordia y le expresó su deseo de que se estableciera esta fiesta. El Papa le dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia («Dives in misericordia»).

     El decreto vaticano aclara que la liturgia del segundo domingo de Pascua y las lecturas del breviario seguirán siendo las que ya contemplaba el misal y el rito romano.

     En la Misa celebrada en la mañana del Segundo Domingo de Pascua en la Basílica de San Pedro, Fiesta de la Divina Misericordia, el Papa Francisco alentó a los fieles a “entrar en el misterio de sus llagas, que es el misterio de su amor misericordioso”.

      El Papa comentó el Evangelio del día en el que Jesús resucitado se presenta a los discípulos que estaban encerrados en una casa y les dijo “Paz a vosotros” y les enseñó las manos y el costado. “Así ellos se dieron cuenta de que no era una visión, era Él, el Señor, y se llenaron de alegría”.

      Pero también “ocho días después, Jesús entró de nuevo en el Cenáculo y mostró las llagas a Tomás, para que las tocase como él quería, para que creyese y se convirtiese en testigo de la Resurrección”. Así, “también a nosotros, hoy, en este Domingo que San Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, el Señor nos muestra, por medio del Evangelio, sus llagas. Son llagas de misericordia”. “Es verdad: las llagas de Jesús son llagas de misericordia. Jesús nos invita a mirar sus llagas, nos invita a tocarlas, como a Tomás, para sanar nuestra incredulidad. Nos invita, sobre todo, a entrar en el misterio de sus llagas, que es el misterio de su amor misericordioso. A través de ellas, como por una brecha luminosa, podemos ver todo el misterio de Cristo y de Dios: su Pasión, su vida terrena –llena de compasión por los más pequeños y los enfermos–, su encarnación en el seno de María”.

     El Papa aseguró que de esta manera “podemos recorrer hasta sus orígenes toda la historia de la salvación: las profecías –especialmente la del Siervo de Yahvé–, los Salmos, la Ley y la alianza, hasta la liberación de Egipto, la primera pascua y la sangre de los corderos sacrificados; e incluso hasta los patriarcas Abrahán, y luego, en la noche de los tiempos, hasta Abel y su sangre que grita desde la tierra”.

      “Por eso, ante mis pecados o ante las grandes tragedias del mundo, me remorderá mi conciencia, pero no perderé la paz, porque me acordaré de las llagas del Señor. Él, en efecto, ‘fue traspasado por nuestras rebeliones’. ¿Qué hay tan mortífero que no haya sido destruido por la muerte de Cristo?”, se preguntó. “Con los ojos fijos en las llagas de Jesús Resucitado, cantemos con la Iglesia: ‘Eterna es su misericordia’” dijo en alusión al Salmo 117.

     

Renovación del Bautismo - 1ª Comunión

     Este fin de semana, II Domingo de Pascua, los niños y niñas que se preparan para recibir el Sacramento de la Eucaristía o también denominado la 1ª Comunión, renovaron su Bautismo en el templo de San Miguel Arcángel. 
     Tanto el sábado como el domingo, los chicos y chicas de la Parroquia de San Roque en El Roque, de la Parroquia de San Esteban en Las Zocas, de la Parroquia del Inmaculado Corazón de María en Aldea Blanca del Llano, del Centro Parroquial El Buen Pastor en Llano del Camello, de la Capilla de los Hermanos de la Cruz Blanca en Las Chafiras y los de la Parroquia de San Miguel Arcángel, renovaron las promesas realizadas por sus padres el día de su Bautismo en el templo de San Miguel, en el año en el que se cumplen 350 años de la fundación de la primitiva ermita al Arcángel San Miguel. 

Feliz Pascua 2015

10 de abril de 2015

Semana Santa 2015 en San Miguel de Abona






Domingo de Ramos.
Calle La Iglesia, camino al templo.
Viernes de Dolores.
Cementerio Municipal de San Miguel de Abona.





      La Semana Santa conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.

     El Viernes de Dolores o Viernes de Pasión, es el viernes anterior al Domingo de Ramos, comprendido dentro de la última semana de la Cuaresma, conocida por la Iglesia como Semana de Pasión. En algunas regiones es considerado como el inicio de la Semana Santa o Semana Mayor, al iniciarse en éste las procesiones.
      A las 18:30 h. tuvo lugar la Celebración de la Eucaristía en la Capilla del Cementerio Municipal de San Miguel de Abona. Fue presidida por nuestro párroco y concelebrada por el sacerdote que colaboró en los cultos de la Semana Santa 2015, Rvdo. D. Luis, natural de Venezuela y que está realizando estudios en Roma.

      El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las palmas y cuando Jesús entró a Jerusalén y todo el pueblo lo alabó como Rey.
     La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección, mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.
     A las 11 de la mañana se concentraban en la plaza de El Calvario de San Miguel de Abona, junto a la imagen del Señor de la Burrita, los niños vestidos de hebreos así como sus padres, catequistas y toda la feligresía de San Miguel. Desde allí partirían en procesión, con cantos de alegría y palmos de olivo alzados, hasta el templo de San Miguel Arcángel, donde a las 12 del mediodía, tenía lugar la Celebración de la Eucaristía.

Martes Santo.
Llegada de los Óleos al templo.
      El Martes Santo el obispo de nuestra diócesis Rvdo. D. Bernardo Álvarez celebró en la Santa Iglesia Catedral de La Laguna la denominada Misa Crismal, adelantada al Martes Santo para que asistan a ella el mayor número de presbíteros, ya que se debiera celebrar en la mañana del Jueves Santo. En ella se consagró el Santo Crisma que se emplea para el Bautismo, la Confirmación y la Ordenación Sacerdotal, así como se procedió a la bendición de los Óleos de los Catecúmenos y de los Enfermos.
El clero asistente renovó sus promesas sacerdotales que realizaron el día en que fueron ordenados ante el obispo.
      A las 19:00 h. de la tarde tuvo lugar la Celebración de la Eucaristía en el templo de San Miguel, en la cual llegaban al templo los nuevos Santo Óleos, llegados desde la Santa Iglesia Catedral, de la celebración de por la mañana. El párroco ante la comunidad reunida renovó nuevamente sus promesas sacerdotales.



Jueves Santo.
La Cena del Señor. 
      El Jueves Santo recordamos el día que Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles. Esta cena es muy importante porque en ella Jesús, como sabía que iba a morir, quiso hacer algo para poder quedarse para siempre con los hombres. ¿Y cómo hizo esto? Dejándonos la EUCARISTÍA.
     Entre los detalles que hacen diferente a la Misa de la Celebración de la Cena del Señor a otras misas durante el año es que en esta se incluye una parte donde se lavan los pies a los apóstoles representados en personas de la comunidad. En esta parte de la misa resalta la importancia tan grande que tiene el servicio al prójimo.

Jueves Santo.
Lavatorio de los pies
     A las 19:00 h. tuvo lugar la Celebración de la Cena del Señor. En ella el sacerdote lavó los pies a la comunidad, como el mismo Cristo hizo en la Última Cena. Tras finalizar la misma, y hacer la reserva de la Eucaristía en el Monumento se procedió a la procesión del Santo Encuentro. En ella las imágenes de la Magdalena, San Juan Evangelista y Nuestra Señora de los Dolores 'se encuentran' con el Nazareno, Jesús con la cruz a cuestas camino de El Calvario. Dicho 'encuentro' tuvo lugar en la Calle Fray Albino, en la que el Rvdo. D. Luis dirigió unas palabras a los asistentes.
   
     A las 23:00 h. de la noche tuvo lugar en el templo de San Miguel la Hora Santa ante el Monumento. En ella se oró con la ayuda de la iconografía que reflejaba el monumento: las Alianzas. Desde Adán y Eva, Noé, Abrahám, Moisés, el rey David, el pueblo de Dios camino a la tierra prometida, Jeremías; terminando con Jesucristo y la Santísima Trinidad (representada en los ángeles del fondo).

Jueves Santo.
Monumento






Procesión del Santo Encuentro.
Jueves Santo.





      El Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza.
     A las 07:00 h. de la mañana, con las primeras luces del día, tuvo lugar el ejercicio del Via Crucis desde el templo de San Miguel hasta el Calvario.
     A las 18:00 h. Celebración de la Pasión, con la tradicional ceremonia del Descendimiento. Al finalizar, procesión del Santo Entierro. Una vez llegado al templo, ceremonia de Sepultura.
     A las 22:30 h. Procesión de la Soledad, con la imagen de Nuestra Señora de los Dolores recorriendo las calles del casco de San Miguel.













Procesión de la Soledad.
Viernes Santo



      El Sábado Santo, a las 22:00 h. de la noche, en la Parroquia de San Miguel Arcángel se congregaban todas las comunidades parroquiales para la celebración de la Vigila de Pascua.

     "Según una antiquísima tradición, esta es noche de vigilia en honor del Señor (Ex 12,42). Los fieles, tal como lo recomienda el evangelio (Lc 12,35-36), deben parecerse a los criados, que con las lámparas encendidas en las manos, esperan el retorno de su señor, para que cuando llegue los encuentre en vela y los invite a sentarse a su mesa" (Misal, pág. 275).

     Luz de Cristo
  La cruz de Cristo devuelve a cada cosa su sentido. Por ello el Canon Romano dice: "Por él (Cristo) sigues creando todos los bienes, los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros".
Al grabar en la cruz las letras griegas Alfa y Omega y las cifras del año en curso, el celebrante dice: "Cristo ayer y hoy, Principio y Fin, Alfa y Omega. Suyo es el tiempo. Y la eternidad. A él la gloria y el poder. Por los siglos de los siglos. Amén".
Así expresa con gestos y palabras toda la doctrina del imperio de Cristo sobre el cosmos, expuesta en San Pablo. Nada escapa de la redención del Señor, y todo, hombres, cosas y tiempo están bajo su potestad.
Termina el celebrante encendiendo el fuego nuevo, diciendo: "La 1uz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu".
Tras el cirio encendido que representa a Cristo, columna de fuego y de luz que nos guía a través de las tinieblas y nos indica el camino a la tierra prometida, avanza el cortejo de los ministros. Se escucha cantar tres veces: "Luz de Cristo" mientras se encienden en el cirio recién bendecido todas las velas de la comunidad cristiana.
Hay que vivir estas cosas con alma de niño, sencilla pero vibrante, para estar en condiciones de entrar en la mentalidad de la Iglesia en este momento de júbilo. El mundo conoce demasiado bien las tinieblas que envuelven a su tierra en infortunio y congoja. Pero en esa hora, puede decirse que su desdicha ha atraído la misericordia y que el Señor quiere invadirlo todo con oleadas de su luz.
Los profetas habían prometido ya la luz: "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande", escribe Isaías (Is 9, I; 42,7; 49,9). Pero la luz que amanecerá sobre la nueva Jerusalén (Is 60,1ss.) será el mismo Dios vivo, que iluminará a los suyos (Is 60, 19) y su Siervo será la luz de las naciones (Is 42,6; 49,6).
El catecúmeno que participa en esta celebración de la luz sabe por experiencia propia que desde su nacimiento pertenece a las tinieblas; pero sabe también que Dios "lo llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa" (1 Pe 2,9). Dentro de unos momentos, en la pila bautismal, "Cristo será su luz" (Ef 5, 14). Se va a convertir de tiniebla que es en "luz en el Señor" (Ef 5,8).
 
La Liturgia bautismal
La noche de Pascua es el momento en el que tiene más sentido celebrar los sacramentos de la iniciación cristiana. Después de un camino catecumenal, el signo del agua -la inmersión, el baño- quiere ser la expresión sacramental de cómo una persona se incorpora a Cristo en su paso de la muerte a la vida.

La bendición del agua más que bendecir el agua se trata de bendecir a Dios por todo lo que en la Historia de la Salvación ha hecho por medio del agua (desde la creación y el paso del Mar Rojo hasta el bautismo de Jesús en el Jordán), pidiéndole que hoy también a través del sígno del agua actúe el Espíritu de vida sobre los bautizados.
La Eucaristía
La celebración eucarística es la culminación de la Noche Pascual. Es la Eucaristía central de todo el año, más importante que la de Navidad o la del Jueves Santo. Cristo, el Señor Resucitado, nos hace participar de su Cuerpo y de su Sangre, como memorial de su Pascua.
Es el punto culminante de la celebración.





 

 



8 de abril de 2015

¡Felicidades Parroquia de San Miguel! - San José

    El pasado día 19 de Marzo, festividad de San José, fue un día de júbilo para la Parroquia de San Miguel Arcángel, pues era el día de su aniversario como parroquia, ya que fue un 19 de Marzo del año 1796 cuando el obispo de Canarias, Mons. D. Antonio Tavira dicta el decreto por el cual la ermita del Arcángel San Miguel, construida en el año 1665, se convierte en parroquia, segregándose de la Parroquia de San Pedro Apóstol, Vilaflor de Chasna.

Rvdo. D. Alejandro
    La solemne Eucaristía, presidida por nuestro párroco y animada por el Coro Parroquial de San Miguel Arcángel, comenzó a las 18:30 h. de la tarde. En su homilía, González Marrero destacó la figura de San José, mirando su vida a través de la clave de la fe, "pues sin ella no podríamos comprender su vida"; a la vez que pidió vivir la vocación como la vivió José.

    Al término de la misma, se procedió al Pregón de Semana Santa 2015, a cargo del sacerdote Rvdo. D. Alejandro, quien ayuda al párroco de San Isidro Labrador (San Isidro - Granadilla de Abona) con la atención pastoral de Nuestra Señora del Carmen en Guargacho y la Capilla de los Hermanos de la Cruz Blanca en Las Chafiras.