16 de enero de 2014

Bautismo del Señor - "La mies es mucha, y los obreros pocos"

  El pasado fin de semana, Domingo del Bautismo del Señor, concluía el Tiempo de Navidad.
Normalmente el domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía es dedicado a celebrar el bautismo de Cristo, este año se celebró el domingo 12 de enero y señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor.

Cuando Cristo se metió en la fila para esperar su turno de ser bautizado, seguramente San Juan Bautista no sabía que hacer. Llegó el Mesías delante de él y pidió el bautismo. El Bautista exclamó: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?” (Mt 3,14).

"No soy digno ni siquiera de desatar la correa de su sandalia..." trabajo reservado al más inútil de los esclavos. Juan destaca la infinita distancia entre él y Jesús.

¿Porqué entonces Jesús se hace bautizar por Juan?
   Pero admitámoslo, y descubramos nuevamente el "modo" que Dios emplea para salvarnos: se pone en la fila de los pecadores, y aunque no lo necesitaba, se somete también a un bautismo de penitencia. Se ha hecho semejante a nosotros en todo, y por eso no se avergüenza de colocarse en la fila de aquellos que se preparaban para la llegada del Reino de Dios, así como tampoco se avergonzó de nosotros cuando tomó sobre sí todos nuestros pecados, y subió a la Cruz como si fuese un delincuente.

  Pero el bautismo que recibió Jesús fue muy "especial": ciertos hechos nos indican que con Él comienza un nuevo bautismo:

  Comienza una nueva etapa de relación entre Dios y los hombres: el Cielo viene a nosotros, y nosotros vamos allá: viene con Cristo y el Espíritu Santo. Llega todo, porque Dios mismo viene, y Él será para nosotros y nos dará todo. Estamos frente al comienzo de una nueva humanidad, divinizada.

   En la proposición que San Marcos hace en su Evangelio, el Padre no "presenta" a su Hijo (“Éste es mi Hijo amado”), sino que se dirige a Él (“Tú eres mi Hijo...”): Cristo nos representa a todos, que desde ese momento pasamos a ser hijos amados, complacencia del Padre... Cuando somos bautizados, esta vocación eterna se verifica efectivamente, verdaderamente: somos una nueva creación. Por lo tanto, nuestra dignidad, nuestra gloria, y nuestro compromiso pasa por VIVIR NUESTRO BAUTISMO...         Fuente: Cahtolic.net

    Las celebraciones de ese fin de semana del Bautismo del Señor, fueron las siguientes:
Sábado 11
No hubo celebración de la Eucaristía en El Roque ni en San Miguel.
A las 19:30 h., celebración de la Liturgia de la Palabra en Guargacho.

Domingo 12
Celebración de la Eucaristía en Las Zocas, en la capilla de los Hermanos de la Cruz Blanca (Las Chafiras), en la parroquia de San Miguel Arcángel y en Llano del Camello.
En la parroquia de Aldea Blanca, celebración de la Liturgia de la Palabra.

    El motivo de este "ajuste" en las Celebraciones se debe a que nuestro actual párroco, D. Manuel González Marrero se encuentra con un pequeño problema de salud. Desde este medio queremos pediros a todos disculpas por las molestias ocacionadas por estas modificaciones del fin de semana, como pedimos oración para la pronta recuperación de nuestro párroco.

    Manuel González Marrero es en la actualidad párroco de todo el municipio de San Miguel de Abona (excepto la zona costera de San Blas). Preside la Eucaristía en cada una de sus parroquias: San Roque (Sábado, 17:00 h.), San Miguel Arcángel (Jueves, 18:30 h.;Sábado, 18:00 h. y Domingo 12:00 h.), Las Zocas (Miércoles 18:00 h., Domingo, 09:00 h.) , Aldea Blanca (Domingo, 18:00 h.) y Guargacho (Martes 18:00 h., Sábado, 19:30 h.). Así como de los lugares de culto del municipio: Llano del Camello (Domingo, 19:00 h.) y los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca en Las Chafiras (Domingo, 10:15 h.). Asimismo, atiende en el despacho parroquial todos los Viernes en horario de 10-13 h. de la mañana y de 16:30-20 h. de la tarde, saliendo de 18-19 h. a celebrar la Eucaristía en el barrio de El Frontón. Los segundos lunes del mes celebra la Eucaristía en El Morro y los terceros en la Cruz Ballena. Los jueves antes de la Eucaristía de las 18:30 h. en San Miguel Arcángel, imparte el Sacramento de la Penitencia o del Perdón. Pero su servicio no se queda ahí, entierros, bautismos, reuniones prebautismales, bodas, visita a enfermos, catecumenado de adultos...

   Ante el pasaje del Evangelio: "La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies" (Lc 10, 2), pidamos al Señor por las vocaciones sacerdotales.

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